Hablar de un modelo de gestión para las escuelas Yermistas, es mucho más que describir una forma de trabajo al estilo Siervas; un modelo de gestión supone en primera instancia partir del carisma recibido, custodiado y proyectado a través de nuestras obras apostólicas. La gestión en si es el conjunto de acciones integradas para el logro de un objetivo a cierto plazo. Y en ese sentido es la acción principal de la administración de toda institución, siendo un eslabón intermedio entre la planificación y los objetivos concretos que se pretendan alcanzar.
En el presente documento damos a conocer el Modelo Educativo Yermista que orienta la práctica educativa en las escuelas que atiende la Congregación de Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres, bajo una propuesta integral y transformadora, tomando en cuenta los retos que enfrenta el ser humano en el mundo actual.
Desde sus inicios de la Congregación, Dios en sus designios amorosos puso todos los medios para manifestar su voluntad en esa nueva obra que ponía en las manos del Padre Yermo, y la prueba está en la llegada de esos sesenta pobres con los cuales dio inició, dentro de los que había una variedad de necesidades por la diversidad de edades; escuchemos al mismo Padre Yermo que lo narra así: “Esos pobres eran los que… tenía recogidos el Dr. Dn. Rosendo Gutiérrez en un departamento del Hospital que llamaba “Asilo de Mendigos”. Su número era de sesenta y estaba compuesto de ancianos y niños de ambos sexos”. (I Mem. p. 82).
La labor educativa del Padre Yermo, se sitúa durante el gobierno del General Don Porfirio Díaz (1824 – 1911) tiempo en que predominaba en la enseñanza oficial el positivismo, corriente que creaba un clima de hostilidad con el catolicismo, ya que el único credo a implantar era el de la ciencia.
Su visión de educador y evangelizador, lo lleva a lograr una promoción humana con dimensión integral centrada en el evangelio. No sólo quería transmitir sistemáticamente conocimientos y destrezas, sino que logró conformar un tipo de hombre y mujer bien definidos y determinados en sus valores, su ser y hacer, humanizando su ambiente, renovando su cultura, transformando a la sociedad y construyendo su historia.