San José María de Yermo y Parres

1 “Dame, Señor, que yo mucho te amé. Quisiera ser víctima de este amor y así ser tuyo y nada más que tuyo para siempre.” (ASC. P. 21)

2 “Yo no quiero en esta vida ningún bien, sino el de amarte mucho, y servirte y sufrir contigo.” (ASC p. 30)

3 “Yo confío totalmente en Ti, mi Padre Cariñoso. Pero Tú no te fíes de mí, que soy tan miserable, sólo te pido la gracia y que Tú creas en el amor con que yo te amo.” (ASC. p. 60)

4 “Señor, yo quisiera adelantarme a todos en amarte y servirte, aunque no soy más que un indigno pecador. Pero te amo, Tú lo sabes.” (ASC. P. 62)

5 “Quisiera publicar a los cuatro vientos que Tú Señor has sido siempre bueno y cariñoso conmigo, no, mil veces no. No quisiera ser cobarde para sufrir siquiera un poco por Ti. Haz, Dios mío, que en todo me mueva sólo tu amor, únicamente tu amor de fidelísimo amigo.” (ASC. P 47)

6 “Soy tu amigo, Señor, y con tu gracia seré fiel amigo eternamente.” (ASC. p. 47)

7 “Si yo, Señor, por tu amor y tu servicio lo he dejado todo, no permitas que mis infidelidades me separen de Ti.” (ASC p. 36)

8 “Santificarme, trabajar y nada más. Me obliga el amor de amigo generoso. Sí, Señor, todo, todo por Ti.” (ASC p. 53)

9 “Fiat, Fiat, Fiat. Veo con toda claridad que esto es cosa de Dios. Con toda la fuerza de mi alma, yo te amo, Señor.” (ASC. p. 57)

10 “No me preocupa nada, ni siquiera pienso si me salvaré o no. Sólo me preocupa amar a Dios, y servirlo en todo como Él quiera, como lo diga en la oración o por medio de los acontecimientos.” (ASC p. 27)

11 “Tiemblo sintiéndome incapaz de lograr mi propósito, porque quien ha de producir calor, necesario es que primero esté inflamado. Si en el orden común las chispas salen del fuego, ¿cómo podré yo inflamar a otros y acrecentar en el pecho ajeno el amor divino cuando mi pobre corazón está helado?” (I Mem. p.14)

12 “Derramen por sus virtudes en derredor suyo el buen olor de Cristo; porque quien ha de inflamar a otros necesita tener el alma hecha un volcán de amor divino.” (CC. 110)

13 “La vida de una Sierva fiel a todos sus deberes es un prolongado acto de amor a Dios, es un continuo dejar por Dios lo que no es su voluntad, para hacer lo que es su voluntad, para hacer lo que Él quiere. A Dios se le debe servir con fe, esperanza y con amor.” (Rep. 252)

14 “Ame mucho a Dios, pues que su amor la conducirá a hacerse víctima por El en favor de los pobres.” (Rep. P. 254)

15 “Cuando la vida se ha empleado en el servicio de Dios, la vejez también a Él le pertenece y cuanto en la época de ella se haga, sirve para ganarse el cielo.” (P.A. p. 104).